Acrílico, tinta y pigmento sobre lienzo.
Esta obra es un símbolo de conexión profunda con lo esencial.
Un tótem abstracto que guarda las memorias invisibles, las energías sutiles que habitan en lo más íntimo del ser.
Entre colores que vibran y formas que se entrelazan, se revela un lenguaje interior, espiritual, ancestral.
Es un llamado a recordar lo que somos más allá de lo tangible: pura presencia, intuición y alma en movimiento.